12.03.2009

HISTORIAS DE MUERTE

Aunque el poker es un deporte cruel, excepto para el que gana, hay veces que perder es más que doloroso.

Se puede perder una mano importante, y con ella buena parte de las aspiraciones a ganar el torneo, pero sin duda el peor momento es cuando te eliminan definitivamente.

La eliminación puede traer un sabor agridulce cuando a pesar de quedar fuera, hemos superado nuestras propias expectativas, pero a medida que adquirimos experiencia, la eliminación cada vez es peor. Cuando nos eliminan en primeros niveles, creemos que debimos jugar sin riesgos antes de llegar a niveles más avanzados. Cuando quedamos casi en premios, no debimos jugar la burbuja de la forma en que lo hicimos. Cuando entramos justo, nos maldecimos por haber llegado cortos de fichas y no haber conseguido mesa final. Y cuando quedamos segundos, nos comemos la cabeza con esa jugada del heads-up que pudo haber cambiado nuestro destino.

Siempre se ha dicho que si se dispone de una sola ficha, se está vivo en un torneo, con lo que es lógico el símil de morir cuando te quedas sin i te eliminan.

Si juegas online te puedes quedar con cara de tonto, con la mirada perdida, o estampar el PC contra el suelo, pero sea como sea, la sensación no es recomfortante.

En vivo la cosa es peor. Te toca levantarte y el rival te da la mano como quien le da el pésame a alguien y al cabo de un segundo nadie te mira, has muerto, te has convertido en un fantasma que nadie ve y te vas alejando de las mesas donde los demás continúan con su vida. Deprimente.

Perder duele. Pero hay veces que la muerte es más cruel. Aunque no sé exactamente cual es la peor.

Este es un artículo de terror, en el que solo hallaréis formas crueles de dejar un torneo y que no tiene otra finalidad que la de plasmar en el blog mis peores pesadillas.

A veces, las menos, jugamos un torneo de forma satisfactoria. Creemos que hemos jugado bien, y nos ganan con una gran jugada donde nosotros no teníamos más opción que la de acabar ahí nuestra participación. Perdemos porque el destino lo ha querido así. No por jugar mal ni cosas molestas de las que dan yuyu. Esa muerte es dolorosa, pero nuestra autoestima apenas se resiente.

Pero la mayoría de veces no será así, dejando paso a las más crueles y variadas formas de morir.

Estas son unas pocas de ellas, pero de haber, hay muchísimas más.

Muerte de farol fallido: No hace falta describirla. Hacemos un gran farol en el que invertimos todas nuestras fichas y pillamos al rival con nuts. Vamos a la calle sonrojados por la verguenza y maldiciendo la hora en que se nos ocurrió blufear.

Muerte por haber jugado mal: Muerte cruel que provoca una semana de diarrea mental. Nuestra mente nos dice que hacer call con 23o no es una buena opción y que intentar luego un check-raise para salvar la situación tampoco. Y que definitivamente, el allin en el river con tres de carta alta como último cartucho para no perder la mano, es una locura.
Pero nuestro cuerpo es una unidad autónoma de nuestra mente y hace lo que la adenalina le pide. Acabamos fuera, con sensación de ridículo y deseando que los demás sean ciegos durante los segundos en los que debemos mostrar nuestras cartas.

Muerte de Badbeat: Sin duda una muerte muy, pero que muy mala. Impotencia, ira, ganas de coger al palurdo y meterle todos los chips por el recto. En fin, una sensación indigesta cuando con tu trio máximo en el flop, acabas restándote y el otro te hace call con 59 suited sin siquiera proyecto y te pilla un color runner runner al 9.
Muchos la considerarán la peor de todas, aunque yo tengo mis dudas.

Muerte a manos de tu peor enemigo: Todos tenemos algun jugador que se nos atraganta. Porque nos cae mal, porque siempre nos gana, porque es un gilipollas integral o por las razones más variadas.
Se nos revuelve el estómago cuando es él el que nos elimina. Si conseguimos vencerle es una momentánea satisfacción, pero cuando nos gana nos jode, y mucho. Es como lo del recto, pero metafóricamente hablando. Una jodienda.
Yo de estos tengo tres o cuatro y aunque cuando pierdo he conseguido que mi autocontrol se imponga, cuando les gano, tengo que mandar a mis hijos a la habitación para que no queden traumatizados por mi celebración de victoria apta solo para gente adulta y liberada.

Muerte por descuido: Muchas veces dicen, pobrecito, ha tenido suerte, es que ni se ha enterado.
Eso en el poker nunca pasa porque tarde o temprano te enteras. Normalmente ocurre online, pero en vivo también pasa.
Llevas seis horas sudando y luchando en un freeroll de 40000 jugadores para conseguir una entrada de 50+5$ del satélite del gran torneo que anhelas y lo consigues.
Pero un domingo tu mujer decide que estaría bien ir al Alcampo a pasar la tarde y hacer unas compras. A los niños les hacen falta unos zapatos nuevos.
Total, que cuando estás en plena acción en la sección de comestibles empujando tu carrito con la emoción desbordando por todos tus poros, te viene como un flash, -Por dios, el satélite!!!!!
Se te ha pasado.
Con el barullo de los críos, las órdenes de la parienta y la emoción indescriptible del panorama de una tarde en el centro comercial haciendo de mula de carga, has olvidado el torneo y maldices tus huesos, la hora en que se te ocurrió casarte y al hijoputa del señor Alcampo, que no podía dedicarse a poner cervecerías, tenía que joder la vida de los pobres hombres honrados juntando tiendas de ropa, peluquerías y supermercados de forma que ninguna maruja se pueda resistir. Vale, de acuerdo que también hay alguna cervecería, pero eso es para que nosotros no tengamos ninguna excusa para quedarnos en casa. Qué mamón el tío. Pa colgarlo de los cataplines!

Muerte por las ciegas: También llamada muerte por inanición, es para mi la peor de todas. Ocurre cuando uno es un poco tight y no encuentra un par de cartas jugables durante tres horas. Hasta que finalmente se da cuenta que le queda una M ridícula y que a lo mejor no debió tirar ese AK cuando tenía la opción de robar.
Y te quedas agarrotado y en estado de ansiedad con tu ridículo montoncito de chips de apenas tres ciegas esperando una mano que te doble. Hasta que te llega una pareja de reyes y decides que ahora o nunca. Como eres un shortstack, te ve cualquiera con A7 y como no puede ser de otra manera pincha su A y a dormir. Y te quedas con ese sentimiento de haberte aburrido durante dos horas y haber sufrido otra hora más, para acabar con tus reyes rebentados por un A7, que encima era offsuited! Que deprimente! Para suicidarse!

Uf, ya estoy de los nervios, voy a dejarlo aquí y a desearos que vuestras futuras muertes sean lo menos crueles posibles.

4 comentarios:

  1. Jua jua la muerte del descuido, esas parientas!!, yo estoy enseñando a jugar al poquer a los suegros a ver si asi me gano a la mujer y me deja un poco mas de cancha.

    Tambien he practicado la muerte del burro ( dar coces )te apuesto todas las calles sin posicion a saco a ver si te echo con mi bottom pair

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  2. Se te ha olvidado una muerte agónica, en la que últimamente me estoy convirtiendo en un experto y es perder la conexión.

    Llevas el portatil por toda la casa como un gili... para ver si en otra habitación surge esa chispa que le devuelva la vida a la conexión, te quedas mirando la pantalla como un gili... mientras esperas que la divina fortuna decida devolverte la conexión ( con la operadora no cuentes ), observas jugadas con retraso en las que no puedes intervenir y siempre me veo pulsando el boton de raise con alguna premium de una mano jugada cinco o diez minutos antes ... y siempre, sin excepción, la conexión vuelve para que veas la mano de tu eliminación porque las ciegas y los antes ya han hecho todo su gran trabajo.

    Y por supuesto, de eso no hay duda, cuando dejas de jugar la conexión va como una seda.

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  3. Por supuesto tenéis razón. Hay tantas y tantas muertes dolorosas que revisando el tocho de artículo que he escrito, llegamos a la conclusión de que se podría escribir un libro sobre ello.
    Pero lo mejor de morir es resucitar!

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  4. Una variante de esta última: cuando se va la luz. Es muy jodida. Vas por la casa a oscuras (normalmente es de noche), maldiciendo tu suerte, dando porrazos a las paredes. Mandas a la mujer a la calle a preguntar a los vecinos si es corte general o sólo nuestro. Las noticias son trágicas: los vecinos están igual que tú. Y miras a la acera de enfrente y los muy condenados tienen luz......, ¿me llevo el portatil y les digo si me dejan conectarme unos minutos, el tiempo justo de meter un all-in?
    A mi me ha llegado a pasar dos veces en el mismo torneo. El recuerdo que tengo es bastante grato porque cuando volvió la luz llegué hasta el heads-up, pero otras veces no he tenido tanta suerte.

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