5.08.2012

ROBAR CIEGAS Y PERDER CAJAS

Todo el mundo sabe o debería de saber que a las mujeres no les gusta hacer el francés. Y con eso me refiero a hacer una felación, o sea, a dar sexo oral a un hombre. Hay algunas a las que parece que les gusta, pero es teatro. Lo hacen solo porque saben que nos gusta muy mucho. Y la razón principal que tienen para odiar esta gratificante (para nosotros) práctica no es ninguna de las que nos dan. La verdadera razón es que hacer eso les impide hablar. Quizá también eso tenga algo que ver en que a nosotros nos guste tanto. Y es que las cosas hay que decirlas.


Hoy en día olvidamos decir las cosas por su nombre por una mal entendida diplomacia. Por ejemplo, hay adolescentes que llevan el pantalón por debajo del culo y se empeñan en llamarlo moda. Los demás no les sacamos de su error, nos callamos, aunque sabemos que la crisis hace estragos y las madres se ven obligadas a estirar la ropa hasta el punto de que su hijo de 17 años continúe con los Levi’s de cuando tenía 10. Ellos van a la moda, los demás sabemos la verdad.

Al principio empezó con uno que quería ropa de marca pero era tan cara que para lo más que llegó fue para unos calzoncillos. Y para que se vieran no se le ocurrió otra cosa que bajarse los pantalones. A partir de ahí las familias mas modestas vieron el filón para el ahorro y hoy en día ves calzoncillos por todas partes, pero ya ni esos llevan marca. De hecho en los mercados los puestos de ropa interior estan desplazando a los de fruta.

Como ahora también tengo una hija, he descubierto un ejercicio mental y obsesivo que consiste en saber a qué tipo de hombre le dejarías que se acercara a ella. Y cuando ves el panorama te echas a temblar. Por descontado a cualquiera que lleve unos pantalones que parezcan albergar unas pesadas deposiciones, le voy a negar tal privilegio.
Y no por tema de dinero ni posición, sino por el hecho de ostentar una presumible falta de personalidad, estilo y gusto. De hecho, si de mi niña se trata, no creo que encuentre alguien de mi gusto.

Pero si algo tengo claro es que si alguien tiene que tener los ojos y las manos muy lejos de ella son los jugadores de cash.

El ser humano profesa casi siempre miedo a lo que desconoce. Quizá sea por eso que a mí los jugadores de cash me dan grima. No entiendo su forma de pensar. Y quizá pudiera entenderla en el entorno del cash, pero es como una enfermedad que se arrastra a las demás facetas del poker y de la vida en general. Hablando siempre en términos generalistas.

Esa obsesión por robar ciegas es preocupante. Es mas, creo que llega a tal punto su fijación, que solo con decirles la palabra se ponen verracos. CIEGAS, CIEGAS, CIEGAS. Seguro que mas de uno ya se ha corrido.

Yo siempre he considerado que el objetivo es la caja del villano, no las ciegas. Y si para robar ciegas tienes que arriesgar mas stack del que pretendes robar… Seguro que en el cash les funcionará, pero el problema es que la mayoría intentan jugar igual en los torneos. Si les llega la mano limpia no lo pueden evitar, tienen que intentarlo. Hay fases del torneo en que robar ciegas vale la pena, pero en primeros niveles es una soberbia tontería. Hay que adaptarse al tempo del torneo y si un jugador de cash no se puede adaptar a un torneo imagínate a mi niña. Las mujeres son difíciles, hay que saber llevarlas y si no lo consigues te dan de badbeats hasta que mueres.

Y no creo que un jugador de cash esté preparado para las mujeres. Un colectivo que para defenderse del robo ha inventado el re-robo ya da una pista de por donde van los tiros. Y es que con las mujeres no hay software de ayuda. Eso de los resultados a la larga no cuela. Quieren resultados y los quieren ya.

Y es que para mi pequeña quiero alguien que esté pendiente de hacerla feliz, no a alguien que juegue múltiples mesas sin prestar demasiada atención a ninguna. Quiero a alguien que la quiera con pasión.
Dicen que los jugadores de cash han dejado de sentir los badbeats debido a la cantidad de manos que juegan. Han perdido la sensibilidad. Yo aún ahora y siendo consciente que es parte del juego, sigo sufriendo cada badbeat que recibo, incluso mas que al principio. Porque tengo corazón.
Y para ser mi yerno hace falta corazón, hace falta pasión, hace falta ser humano. Y hacen falta muchos huevos también, porque para conseguirlo no se lo voy a poner nada fácil.





A quien ha oído este tema en directo nunca le faltará pasión.