8.12.2011

CUESTIÓN DE MENTALIDAD

Hoy os voy a contar una historia que a mi me hizo ver las cosas desde otro punto de vista. Os advierto que no es de vital importancia para vosotros, así que si no disponéis de una docena de minutos ociosos para escuchar batallitas redactadas en plan tocho no es necesario que empleéis vuestro tiempo en ello.




Voy en moto desde siempre. Y siempre me ha gustado la velocidad. Era de los que se jugaban el tipo en cada curva. Justo hasta el año 1991 en que se inauguró el Circuit de Catalunya en Montmeló, a media hora de mi casa. Mi cabeza loca en ese momento estaba lo suficientemente cuerda para comprender que un circuito permanente era la mejor forma de poner fin a la creciente expansión de cicatrices en mi cuerpo.

En el año 1991 yo tenía una Yamaha FZR1000 Genesis del 88 de segunda mano. Era lo máximo que me había podido permitir después de estrellar mi flamante Kawasaki estrenada cuatro meses antes contra un Wolkswagen Polo que se olvidó de mirar antes de cruzar.

Así que fui de los primeros que pisaron el Circuit en calidad de aficionado. En esa época solo existía el trazado de Gran Premio y si no recuerdo mal, por unas 5000 pesetas podías rodar cuarenta y cinco minutos.

Siempre pensé que era rápido. Mis amigos se quedaban siempre atrás. Así que recuerdo muy bien la sensación que tuve la primera vez que pisé el circuito y los demás me pasaron por todas partes menos por encima. En esa época había muy pocas motos en cada tanda (No como ahora que meten casi 40 motos en el trazado corto) y me animé a volver.

El segundo día me pasaron muy pocos y al tercero comprendí que la experiencia es un grado y yo era mejor que Randy Mamola. Mi Yamaha que era un hierro de casi 260 Kilogramos en lleno, volaba, yo la hacía volar. Pero a pesar de ser tan bueno como el bueno de Randy, tenía su mismo problema. Randy quedó tres veces subcampeón del mundo, pero nuca ganó el mundial. Y es que a pesar de considerarme el mejor, había un cabronazo que cuando menos me lo esperaba me adelantaba como una exhalación. Hasta a veces se permitía el lujo de quitar la pierna de la estribera para agradecerme que me apartara para dejarle pasar.

Aún así, yo me seguía considerando el mejor. Si ese tío me adelantaba era porque llevaba una Honda CBR900 Fireblade negra que en ese momento acababa de salir al mercado y era la sensación. Una moto de apenas 185 Kg en vacío.

Al cabo de un par de años nos cerraron el circuito, puesto que empezaron las reformas para hacer la variante corta. Y mientras estaba cerrado, me salió la oportunidad de adquirir una CBR900 blanca con 4000Km. Y no me lo pensé dos veces. Cuando reabrieran el circuito iba a darle a ese tío su merecido y demostraría quien era el puto amo.

Cuando por fin lo reabrieron, las tandas se hacían en el circuito corto. Y allí me encontré a mi rival, que como yo debía de tener unas ganas enormes por entrar a rodar y probar la nueva variante. La Honda iba como un tiro. Realmente no tenía nada que ver con mi vieja Yamaha. Creo que incluso algunos que estuvieron allí ese día aún no saben qué diablos fue lo que les adelantó. Me sentía poderoso…hasta que me pasó el villano de la CBR negra! Hijo de puta! Empecé a creer que nunca podría con ese tío. Pero eso no quitaba que aparte de él, yo fuera el mejor del mundo.

Y llegó mi oportunidad de demostrarlo. El Circuit de Catalunya junto con el RACC, anunciaron que se creaban las RACC Series. Un nuevo campeonato para aficionados para motos de estricta serie. Fui de los primeros en apuntarse y cuando lo hice comprobé que mi pesadilla de la CBR negra también estaba inscrito. Preveía una carrera donde me iba a tener que conformar con subir al podio en segunda posición.

Una semana antes de la primera carrera, el circuito convocó a los inscritos al campeonato para un entrenamiento con asesoramiento de algunos pilotos profesionales puesto que algunos de los inscritos ni siquiera habían rodado nunca en circuito. No era obligatorio asistir. Así que el villano de la CBR negra, dándoselas de PRO, no asistió. Pero yo sí, y ahí pude ver a muchos de los que me encontraría en la carrera del fin de semana siguiente y constaté que ninguno era rival para mí.

El día de la carrera estrené neumáticos. En los entrenamientos cronometrados el villano de la CBR negra hizo la pole. Yo hice el 37 de 39. Mi mecánico se había olvidado de poner la presión correcta a los neumáticos y con los escasos 10 minutos de entrenamientos cronometrados no pude pararme a arreglar el problema. La carrera era a 10 vueltas, así que no iba a tener demasiado tiempo para adelantar a más de 30 tíos. Hice una salida normalita y en la primera curva pasé al menos a cinco. Nunca en mi vida he adelantado a tanta gente en una carrera. En la última curva de la última vuelta adelanté al último de ese día, pero por delante aún veía a demasiados para mi gusto. Una vez en boxes me informaron de que acabé el 15. El bellaco había ganado. Maldije mi fiasco en la clasificación, puesto que con el carrerón que hice quien sabe qué hubiera o hubiese pasado.




Pero el jarro de agua fría vino cuando me pasaron las hojas de tiempos. Ni saliendo bien hubiera estado cerca del podio. Sencillamente había casi una docena de tíos en tiempos igual o mejores que los míos.

A la carrera siguiente no tuve problemas y el que hasta ese momento consideraba mi rival, volvió a ganar. Yo quedé el décimo.

A la tercera carrera el de la Honda negra no ganó, y yo me caí en la curva Campsa y me rompí el omoplato. Fin de la temporada.

Cuando volví a montar me empeñé en correr las 24horas de Motjuic que se disputaban en el Circuit. Para ello busqué gente para crear un equipo. Al final nos juntamos cuatro pilotos y algunas personas más. Peeeero, como los equipos eran de tres pilotos, tuvimos que decidir qué piloto se quedaba fuera. Y adivinad, los otros tres eran unos máquinas y fui el mas lento. Ellos no querían que yo me quedara fuera puesto que era el fundador del equipo. Pero admití la evidencia y me convertí en el jefe del equipo, probador y piloto reserva. Conseguimos acabar la carrera en 30 posición, terceros en nuestra categoría y creo que pocas veces en mi vida lo he pasado tan bien. Al año siguiente repetimos la experiencia y quedamos en 16 posición y pude comprobar que no hace falta estar dando gas para disfrutar como un enano.



A todo ello hay que decir que volví a correr las RACC Series, que posteriormente se convirtieron en la Copa Catalana de Series, otros tres años. El segundo año que las corrí, el de la CBR negra ya no estaba, se cayó en la última carrera de la primera temporada y nunca más lo vi por el circuito. Y yo acudí a la cita con una mentalidad diferente. Ya había comprendido que no era el mejor, ni tan siquiera estaba entre los cinco primeros. En la primera carrera conseguí mejores tiempos de los que había conseguido el villano de la moto negra el año anterior. Y solo me alcanzó para ser sexto. Ese día estaba tan feliz como si hubiera ganado la carrera y Elsa Pataky me esperara en mi habitación acompañada de Sylvie Var der Vaar y Paris Hilton (lo siento, pero soy un poco friki).

Nunca llegué a ganar ninguna carrera, pero tengo unos recuerdos fantásticos de esa época.

Descubrir y asumir que no era el mejor, aunque hubiera estado años creyéndolo, me dio la capacidad de disfrutar mucho más de lo que hacía, y puedo decir que desde ese momento las carreras me causaron siempre una enorme satisfacción, indiferentemente de mi posición final.

Esa experiencia me sirvió de mucho cuando empecé a jugar al poker. Todos empezamos soñando en convertirnos en profesionales. Pero no me costó demasiado tiempo en encontrar el enfoque correcto para que jugar al poker no fuera una fuente de decepciones y en cambio se convirtiera en una experiencia gratificante.

Siempre me encuentro jugadores que aún no han llegado a este punto. Buscan excusas para justificar sus derrotas. Quizá en las escuelas de poker deberían enseñar también que no todos tenemos aptitudes para vivir del poker, y que si quieres jugar porque realmente te gusta, deberías aprender a disfrutar de él. Y dejar a los demás en paz.

3 comentarios:

  1. joder,eres un crack....ese es la mentalidad que hay que tener......constante pero sin presiones..todo llega..y si no llega......en todo ese trayecto para tratar de llegar... habremos disfrutado.....muy buen post....un saludo,te suelo leer y me gusta bastante...llevo tiempo pensando en hacer un blog,tipo poker y lo que me salga de los,,,jeje....si me animo ya te dire para que me agregues.......un saludo,david,salmantino de pro.....

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  2. Me ha gustado la historia. Yo me acabo de romper la clavícula montando una chusti moto de 125 : )

    Cuando vuelva a España me compro una en condiciones seguro.

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  3. Nos venden Messis y Ronaldos como modelo, cuando hay futbolistas de 2ªA y 2ªB que se ganan la vida, son felices y se sienten muy orgullosos de lo que hacen.
    Yo estoy la mar de bien en 3ª...

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