NO SERE NUNCA UN PRO

En la vida hay que tener ilusiones, metas, deseos y/o/u objetivos. Es lo que hace que cada mañana nos levantemos con ánimos de seguir adelante con alegría. Hay recuerdos, realidades, objetivos cumplidos y un sinfín de cosas que nos pueden proporcionar felicidad, pero tienen que complementarse con esa zanahoria que hace que la tortuga avance.


Hay deseos fuertes y deseos de los que si no se cumplen, no pasa nada. Pero si lo hacen, pues feliz como una perdiz. De esos últimos hay uno que no me preocupa. Quiero tener sexo con una chica de 18 años…. cuando yo tenga mas de 60. No es nada del otro jueves, pero me haría ilusión. Por curiosidad. Pero como aún me quedan unos cuantos para los sesenta y aún así no sé si llegaré, pues es algo que no me quita el sueño. Pero fantasear, se fantasea, obviously.

Con eso quiero decir que a veces los deseos se ven cumplidos y a veces no, pero se puede disfrutar de ellos mientras estás en tránsito, aunque al final no se cumplan.

Otra de mis metas cuando empecé a jugar al poker era la de llegar a ser profesional, o como mínimo vivir de ello. No llegué, y hoy mismo y gracias a la nueva regulación que me ha quitado las pocas ganas que tenía, puedo afirmar que es un deseo que no voy a cumplir nunca. Es más. Tengo mucha mas confianza en fornicar a los 80 años con tres chavalas de 18 a la vez.

Pero saber que no hay futuro en un sitio no significa que todo haya sido un fracaso. Me sigue gustando el poker, menos que antes, pero me gusta. Y al menos en mi aventura no solo no he perdido dinero sino que he ganado algo. Voy a seguir jugando pero a otro aire.

Y lo mejor de todo es que soy muchísimo mas rico en amigos de lo que era cuando empecé. Lo que demuestra que a veces lo que parece un fracaso en realidad es un éxito. No has llegado a la meta, pero te sientes aún mas ganador.

Y aquí se abre otra duda para el lector que voy a resolver sin pérdida de tiempo. Os preguntaréis: ¿es que todo lo que piensa y desea Lechuguito tiene que ver con el sexo? Pues casi que sí.

Como en el poker y en todo lo demás, en el sexo hay un objetivo que es el orgasmo. Pero aunque puede ser muy intenso, de lo que realmente se trata el sexo es del durante. Del modo en que se llega hasta él. Y ahí señores, soy un artista. Tengo una ilimitada imaginación. Me procuro un disfrute sexual de leyenda. Y digo me procuro porque hay que tener un nivel de pensamiento similar para apreciarlo. Y es que como en el poker, en el sexo hay niveles de pensamiento. Y voy a poner un ejemplo práctico de cómo funcionan en el sexo los niveles de pensamiento.

Están un hombre y una mujer en la cama practicando sexo (Pongo pareja unsuited porque es lo mas común. Pero quien quiera se puede imaginar el tipo de jugada que quiera). Están en la postura del perrito. Si no sabes cual es, debes dejar de leer inmediatamente y encender la tele, que están a punto de empezar Doráemon. Y en un primer nivel de pensamiento, el hombre piensa que está escondiendo el salchichón.

En el nivel 2, ya piensa en que no solo está introduciendo sino dónde lo hace. Viendo a la mujer como un receptáculo divino.

En el tercer nivel, a todo lo demás puede añadir una fantasía como una situación hipotética que añada mas excitación, o imaginarse que el receptáculo divino es otra persona. Una a la que tenga ganas, obviamente.

En un cuarto nivel influyen las tonalidades de color que hay alrededor, los aromas y los estímulos visuales se multiplican, y todo va en pro de aumentar la excitación y el placer.

Y así, poco a poco puedes llegar al nivel 37 que creo que es en el que ahora mismo estoy.

Como comprenderéis, encontrar una pareja que esté en el mismo nivel de pensamiento es difícil, pero es que además, los niveles de pensamiento de las mujeres van un poco diferente.

La mujer tiene primer nivel, donde normalmente cierra los ojos y disfruta. Sin llegar a definir muy bien con quien está.

En el segundo nivel, se imagina que eres Brad Pitt o similar y sigue sin abrir los ojos.

En el tercero, ya lleváis años juntos y puede que tengáis hijos. Es cuando se fija en la pintura del techo, hace mentalmente la lista de la compra o piensa que ya toca pedir hora para depilarse.

Normalmente el cuarto nivel es cuando les duele la cabeza y nunca tienen ganas. Y no hay mas.

Hay mujeres a las que estos niveles les son ajenos. Mujeres a las que el sexo les gusta, toman parte activa y gozan como unas locas. Esas son unas guarras. Son las que hay que buscar.

Y como siempre, ya se me ha ido la pinza y aprovecho para pedir perdón si alguna se ha sentido ofendida por mis palabras. Pero es que las mujeres en la cama son limitadas. Y si no, que vengan y me lo demuestren*.


*Si cuela, cuela.