PRAGMATISMO

Desde que eres un bebé, tus padres y demás gente se empeñan en enseñarte todo tipo de cosas. Desde lo más fundamental para vivir como cosas absolutamente superfluas. Al principio y debido al completo desconocimiento de todo, das por ciertas y válidas todas las cosas que los demás te cuentan y/o enseñan. Con la edad y la experiencia y sobre-todo con una mente abierta, adaptas el aprendizaje recibido hasta el punto de descubrir cosas nuevas, mejorar lo aprendido y desechar cosas que decides eran equivocadas. Por poner un ejemplo de lo que acabo de contar, nada mejor que los reyes magos. Seguro que todos hemos creído en su momento en la existencia de los tres vejetes, pero luego hemos empezado a hacernos preguntas como por ejemplo ¿Cómo es posible que si solo son tres hagan una cabalgata en mi pueblo y en los pueblos de al lado a la misma hora? Y así, con preguntas lógicas y con la inestimable ayuda de algún hermano mayor descubres finalmente que los reyes magos no existen.


En el poker puede pasar un poco lo mismo. Cuando empiezas vas tan ávido de conocimiento pero tan falto a la vez de criterio, que muchas veces no podemos valorar la calidad de la información que recibimos. Es posible que si el que nos habla de poker es un amigo que lleva un par de años perdiendo en las mesas debido a su mala suerte o es Raúl Mestre, no sepamos ver demasiada diferencia. Y eso se debe a la inexperiencia. Como la mayoría de cosas en la vida, todo requiere su tiempo y las prisas son malas consejeras.

A veces me sorprendo al leer en algún foro como algún principiante alardea de haberse leído una gran cantidad de libros de poker. La verdad es que la mayoría de libros de poker son de un nivel avanzado que dudo que alguien que no haya jugado mucho pueda asumir. Cierto es que la información es esencial, pero a veces es mejor aprender paso a paso que quererse comer el mundo de golpe. Como la vida.

No todos llegaremos a ser cracks en lo que nos propongamos, pero una buena disposición hace que nos quede más cerca y una buena dosis de pragmatismo y sentido del humor pueden convertir un fracaso en una victoria de otro tipo.

No esperes nunca ayuda divina. Si no te lo curras no llegarás, y si no llegas, no pierdas el tiempo y dedícate a otra cosa. A no ser que te guste demasiado…