Mentir es una cualidad del ser humano. Es una herramienta
que nos puede proporcionar una serie de ventajas. No mentir nunca teniendo la
posibilidad de hacerlo nos puede convertir en disminuidos sociales.
La mentira es necesaria en nuestra vida. No quiero decir que
mentir sea bueno o malo, sencillamente que hay determinados momentos en que
puede resultar útil. Como todo, nosotros tomaremos la decisión de cuando y como
hacerlo. Y como todo también, una mentira puede ser una buena acción o
convertirse en una mezquindad. Todo depende de cómo se use, igual que otras cosas
de esta vida que se pueden usar para hacer el bien o con objetivos de lo más
diverso.
Muchas profesiones se basan en la mentira. Y si funcionan es
porque el mundo está lleno de crédulos que las hacen rentables. Pero hay
profesiones como la política o el poker, donde la mentira es una herramienta
esencial. Lo que distingue estas profesiones y alguna otra sobre las demás, es
que la persona a la que va dirigida la mentira sabe que le vas a mentir. Eso
pone las cosas muy difíciles y es ahí cuando la mentira se convierte en arte.
Desgraciadamente hace tiempo que veo en las salas online demasiadas
jugadas basadas en poner fichas sobre el tapete sin sentido ni estrategia.
Necesitaba de verdad poder asistir otra vez a un torneo como las Efortuny Poker
Series de este mes en Alicante para poder apreciar que al menos en vivo el arte sigue vivo
en muchos.
Sirva este artículo para homenajear a mi amigo Taldarroba
que este domingo va a luchar por llevarse el torneo y para Cesar de Tusbonos,
que convenció a mi mujer para dejarme venir y poder apreciar la belleza de las
croupiers del Casino del Mediterráneo (bueno, no venía para eso pero la vida se
basa también en apreciar la cosas bellas).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dejame tu comentario