CEP DE TARRAGONA

Decía mi padre que en gloria esté que alguien es viejo cuando los recuerdos pesan más que las ilusiones. Si es así, creo que nunca seré viejo, aunque el pasado sábado en Tarragona dí un paso más hacia mi quimérica vejez al cumplir una de mis ilusiones desde que empecé a jugar al poker. He jugado mi primer CEP y encima, patrocinado.


Nunca me había acercado al torneo como espectador porque creía que sería demasiado sufrimiento estar ahí y no jugar. Ahora pienso ligeramente diferente. Aunque la salsa es formar parte del evento como jugador, solo el ambiente en sí merece la pena. Es una magnífica reunión de grandes jugadores y no tan grandes donde en general impera el buen ambiente.

Acudí con todo mi equipo al completo. Chincheta y yo a jugar y Anna Tonino y Tomeu a cubrir el evento con pase de prensa y a animar.

A destacar el trato recibido por nuestros compañeros por parte del Casino y de la organización del torneo.

Por lo que respecta a como viví el torneo, me sorprendió lo poco nervioso que me puse. Había tantos conocidos del Casino de Barcelona que me pareció estar jugando un Poker In. Aunque hay grandes jugadores, el nivel general no es para asustarse, por lo que creo que cualquiera que haya jugado torneos menores con cierto criterio puede disputar un CEP sin miedo a sentirse inferior.

La estructura del torneo hizo que a priori, preparase una estrategia de acción que atoro pasado resultó muy equivocada. Decidí que no me iba a mover en los primeros niveles para darme tiempo de asimilar la mesa y entrar en acción con mano en cuanto entraran los antes. Grave error. Primero porque aunque creía que 40 minutos de ciegas daban para mucho, lo cierto es que no dan. Y segundo porque en los ocho niveles que jugué estuve en cuatro mesas y las ciegas ya estaban a 500/1000 con antes de 100. Me esperaba una estructura mucho más jugable.

También encontré a faltar descansos más largos. Será que no estoy acostumbrado, pero con un descanso de 10 minutos después de un par o tres de niveles de 40 no da para nada, y a eso de las dos de la mañana, cuando quedaba poco para que me eliminasen, estaba realmente cansado.

Manos jugué realmente pocas y casi ninguna llegó al showdown. No jugué mal, yo diría que no jugué. No me repartieron nada de nada. Horrible. Creo que cuando juego en vivo hay alguna fuerza maligna que hace que tenga un imán para las cartas bajas desaparejadas.

Aún así, aprendí muchísimas cosas. La primera es que enfocaré el próximo CEP de una forma muy distinta. Los primeros niveles son claves.

La segunda es que observando jugar a los demás recibí un aprendizaje acelerado que ya estoy notando en mi juego.

Y finalmente, que yo quiero jugar grandes torneos! O sea que voy a a hacer lo posible para volver. De momento, el domingo gané la final del BonoAK y ya tengo 250 euros más para torneos, ya queda menos!